El constante crecimiento de la construcción ha despertado el interés de propios y extraños en el mercado inmobiliario del eje troncal, por lo que expertos y empresas formales del sector recomiendan tomar sus recaudos a los posibles compradores.
En el departamento “hay un montón de inmobiliarias. Todo el mundo quiere comercializar inmuebles, es un negocio de moda. Creen que solo se vende y se gana”, dijo Claudia Rodríguez, presidenta de la Cámara Inmobiliaria de Santa Cruz (Cicruz).Por esta situación, agregó, la institución enviará al Gobierno una propuesta de proyecto de ley para evitar que el “estable” mercado cruceño quede “saturado”.
En Cochabamba también está de “moda” el aprender el negocio en una empresa grande del sector y después “trabajar como intermediario particular”, afirmó Jhonny Flores, presidente de la Cámara de Empresas de Bienes Raíces de Cochabamba (Cebirac).
“Muchas de estas personas son inescrupulosas y no están legalmente establecidas. Trabajan desde casas y plazas, sin ofrecer la seguridad y seriedad de una agencia regulada por Fundempresa, Impuestos y la Cebirac”, sostuvo el ejecutivo, quien recordó que en el pasado “se dieron casos de estafas y falsificación de títulos”.
Shirley Terrazas, gerente general de la inmobiliaria paceña Terrazas, alertó que, como en las anteriores ciudades, en el mercado local “hay muchos” que también “ofrecen casas, terrenos, departamentos mediante el Facebook”.
Mercados. “Se hacen pasar” por firmas de bienes raíces cuando “solo son intermediarios, personas que de por sí se han lanzado a vender. Y algunas lo hacen de mala fe y hacen quedar mal” a los negocios formales del rubro, indicó.
No obstante, agregó Flores, los clientes ya toman sus recaudos.
“Cuando llegan a pedir un servicio, ya han considerado un presupuesto para la comisión. Saben que tienen que ser guiados de forma correcta”, porque en el mercado cochabambino sobrevivirán quienes hacen las cosas “de forma seria y responsable”, sentenció.
El empresario calificó asimismo la gestión 2017 como “óptima”, lo que —con el impulso del crédito de vivienda de interés social que da la banca— se tradujo en mucha oferta y demanda de casas, unidades comerciales y departamentos de todo tipo.
Este buen comportamiento del negocio se debe al avance de la construcción, que en el periodo 2007-2017 alcanzó un crecimiento anual promedio del 8,6%, con su pico máximo en 2007 (14,4%) y su nivel más bajo (5,4%) en dos gestiones, en 2015 y el año pasado.
En Santa Cruz, de igual forma, hay una “locura de proyectos chicos y medianos”, declaró Pablo Undurraga, gerente Comercial del complejo urbanístico cruceño Playa Turquesa. No obstante, precisó, cuando hay “exceso de oferta la demanda se mantiene”.
Tendencia. “Lo que ocurrirá es que se quedará la gente que sí conoce del negocio y no la que está aprendiendo”, manifestó.Terrazas cuenta otra historia. “En 2017 hemos tenido una considerable baja en las ventas de inmuebles. El auge fue en 2016”.
Víctor Limpias, decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA), dijo “que el mercado” inmobiliario “no es tan predecible ni tan profesional en sus características. Todo depende de dónde se está comercializando”.
El especialista recomendó además a todos los compradores “asesorarse con expertos en bienes raíces” y “comprar en zonas intermedias y no alejadas de la ciudad, por los servicios”. En áreas con baja población, la inversión en equipamiento es limitada”, indicó.
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